El equipo que hizo posible esta investigación estuvo, conformado por los profesionales Mirko Ortiz, Gerson Moreno, los académicos José Delatorre Herrera y Javier Palacios Diez (UNAP), Juan Pablo Rodríguez Calles ( Julius Kühn Institute de Alemania), junto a los otrora estudiantes unapinos Camila Molina Basualto y Víctor Espinoza, quienes junto a Cristofer Low-Pfeng, José Delatorre Castillo e Isabel Sepúlveda Parada del Laboratorio de Fisiología y Nutrición Vegetal UNAP, trabajaron para sacar a la luz esta publicación científica.
“Expresión génica foliar en respuesta a la toxicidad del boro en cultivares nativos de maíz (Zea mays L)” es el nombre del artículo que acaba de ver la luz en la reconocida revista científica Journal of Soil Science and Plant Nutrition de la editorial SPRINGER NATURE. Pero más allá del título técnico, detrás de esta publicación hay una historia de esfuerzo, ciencia hecha en regiones y una vocación que germinó desde el aula hasta llegar a un escenario internacional.
La publicación fue liderada por Mirko Ortiz Álvarez, otrora estudiante de Ingeniería en Biotecnología y hoy ya titulado, quien junto a un equipo de destacados académicos y estudiantes de distintas carreras de la Facultad de Recursos Naturales Renovables, lograron consolidar este trabajo como parte del proyecto “Tolerancia al exceso de Boro, una característica de los maíces ancestrales del desierto. Un tesoro genético”, adjudicado en el marco de la convocatoria FDI General Línea Emprendimiento Estudiantil del Ministerio de Educación (MINEDUC), convocatoria direccionada exclusivamente a estudiantes
“Es gratificante ver cómo, siendo estudiante, pude compatibilizar la carga académica, laboral y familiar con la investigación… y que todo eso dio frutos. Publicar en una revista de alto impacto es un mérito para cualquiera y creo que merece ser valorado”, comentó Ortiz.
Destaca, además el rol que jugó la UNAP en su formación profesional“Es la mejor universidad de la región. Estudié con mucha ayuda interna gracias a su fuerte compromiso social”.
CIENCIA EN EL AULA
Todo comenzó en 2015, cuando Ortiz, junto al académico Dr. José Delatorre, detectó el potencial de un maíz ancestral que crecía en condiciones extremas en pleno desierto de Atacama. Esas primeras observaciones se transformaron en un seminario de investigación en la asignatura de fisiología y nutrición vegetal que luego ganó el segundo lugar en el X Congreso Latinoamericano de Estudiantes de Ciencias Biológicas (Bolivia, 2018).
En 2018, dieron el siguiente paso que fue postular al FDI con una propuesta enfocada en estudiar cómo el maíz Capia Blanco, variedad nativa chilena, que sobrevive al exceso de boro en suelos y aguas salinas. La investigación escaló y fue sumando a nuevos actores: estudiantes, académicos y tesista.
La publicación actual se consolidó como una colaboración interdisciplinaria entre expertos de la UNAP, y del Julius Kühn-Institut de Alemania.
DESCUBRIMIENTO
El estudio analizó la expresión génica de dos variedades de maíz nativo, Capia Blanco y Diente de Caballo, al ser expuestas a altas concentraciones de boro. Los resultados fueron sorprendentes, el Capia Blanco demostró una mayor resistencia, con menor acumulación de boro en sus hojas gracias a la regulación de genes transportadores (ZmBOR1 y ZmBOR2).
Esto no solo evidencia una estrategia de “evitación” molecular frente al estrés, sino que abre las puertas al desarrollo agrícola en zonas afectadas por el exceso de boro y la salinidad del desierto, con un cultivo local y ancestral.
Para revisar el artículo completo de acceso libre, ingresa aquí: https://rdcu.be/d8D5T
MÁS ALLÁ DEL LABORATORIO
Mirko Ortiz Álvarez, oriundo de Iquique y exalumno del emblemático Internado Nacional Barros Arana (INBA), encontró su vocación por la ciencia durante su práctica como Técnico de Nivel Medio en Atención en Enfermería en la enseñanza media. Posteriormente se tituló como Ingeniero en Biotecnología con una pasantía en la Universidad del País Vasco en Bilbao-España, realizó su práctica profesional en el Servicio Médico Legal (SML) de la macrozona norte en la Unidad de Genética Forense y, actualmente, posee un postgrado “Master in Microbiological Diagnosis” impartido por Caribbean International University en Willemstad- Curaçao. En base los conocimientos y experiencia adquiridos en estas instituciones hoy suma 5 publicaciones científicas, cuatro como autor principal y una como coautor.
Añadió que «Vivimos en el desierto más árido del mundo, con microorganismos y organismos superiores únicos que aún no hemos sabido valorar, y como dice mi tesis hay que tener muy en claro que «El privilegio de expresar condiciones únicas como ser una especie especial nace de la combinación de estímulos abióticos como genéticos».
Puntualizó también que le gustaría seguir investigando y que alguna institución lo patrocinara, para luego a largo plazo realizar un doctorado fuera de Chile para potenciar sus conocimientos. Hoy, sueña con continuar la investigación sobre el maíz y el boro, esta vez enfocándose en las proteínas antioxidantes que permitirían descifrar rutas metabólicas clave. Su historia demuestra que, con trabajo, constancia y pasión por el conocimiento, es posible abrirse camino en la ciencia, incluso desde los rincones más apartados. Porque cuando hay convicción y esfuerzo, los sueños dejan de ser un destino lejano y se transforman en metas alcanzables.