Jenny Pizarro Ruz, académica de la carrera de Psicología del área Organizacional en la Universidad Arturo Prat, es una profesional con una sólida formación en administración estratégica empresarial y psicología del trabajo. Su pasión por el estudio del liderazgo surge del interés en comprender cómo los diferentes estilos de liderazgo influyen en la cultura organizacional, generando impactos positivos o negativos según cada situación.
Jenny define el liderazgo transformacional como un estilo que inspira y motiva a los trabajadores para lograr cambios significativos. “Este tipo de liderazgo crea un ambiente de confianza y colaboración, y se caracteriza por la capacidad de influir en las personas, impulsando su crecimiento personal y profesional, y fomentando una visión compartida de futuro”, señaló. Por otro lado, destaca que el liderazgo antifrágil va más allá de la simple resistencia al estrés y la incertidumbre. “Busca aprovechar el caos y la volatilidad para crecer y fortalecerse. Los líderes antifrágiles no solo sobreviven a los desafíos, sino que los utilizan como oportunidades para innovar, aprender y mejorar”.
Así mismo hace una diferencia entre estos dos tipos de liderazgo y que radica en sus enfoques: “el liderazgo transformacional se centra en inspirar y motivar a las personas para lograr cambios y mejoras significativas, el liderazgo antifrágil se enfoca en la capacidad de un líder y su equipo para prosperar y fortalecerse a partir del caos y la incertidumbre. En esencia, el liderazgo transformacional busca la innovación y el cambio, mientras que el liderazgo antifrágil se centra en la adaptación y el crecimiento a través de la adversidad”.
En este sentido la Universidad Arturo Prat, promueve activamente el desarrollo de capacidades de liderazgo en diversos contextos tanto a nivel de funcionarios como de estudiantes. “Nuestra universidad cuenta con programas como la formación de mujeres líderes a través del Programa Nueva Ingeniería 2030, organiza seminarios sobre liderazgo en la producción y servicios, promueve en cada facultad asignaturas electivas transversales como liderazgo y emprendimiento, lo que favorece a los estudiantes a desarrollar competencias como la comunicación, el trabajo en equipo, la resolución de problemas y la adaptabilidad”.
La académica, cree firmemente que el liderazgo transformacional tiene un impacto profundo y positivo en la comunidad, ya que se basa en inspirar, motivar y empoderar a las personas. Asimismo, el liderazgo antifrágil ayuda a las personas a prosperar y crecer en medio de la incertidumbre y el caos, transformando la manera en que un líder guía a su equipo frente a lo inesperado. “Poner en práctica estos estilos de liderazgo, impacta positivamente en la vida de sus estudiantes y equipos, creando mejores ambientes laborales, educativos u organizaciones”.
En cuanto a las lecciones aprendidas, Jenny destaca que las personas no siguen ideas, sino inspiración, y que, para transformar a otros, primero debemos transformarnos a nosotros mismos. “La incertidumbre no debe ser vista como una enemiga, sino como una entrenadora, ya que cada crisis puede ser una herramienta de fortalecimiento si se aborda con la mentalidad adecuada”.
Para los futuros líderes que desean implementar estos estilos de liderazgo, Jenny aconseja liderar con visión (transformacional) y navegar con flexibilidad (antifrágil). Un liderazgo sólido debe ser capaz de encender el propósito, pero también de resistir y crecer en la tormenta. Finalmente, comparte un mensaje para los estudiantes y la comunidad: “el liderazgo que transforma y fortalece no es el que protege del caos, sino el que enseña a trabajar con él. Un buen líder no busca eliminar los problemas, sino formar personas capaces de responder creativamente, emocionalmente y éticamente a lo inesperado”.