Quiero seguir aportando a la sociedad desde la docencia y la investigación jurídica

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Jimmy Quezada Gallegos, de 35 años, vive entre Chillán y Victoria. Desde muy joven supo que su camino estaba en el mundo del Derecho y en la Docencia. Ingresó en 2008 a la carrera en la Universidad Arturo Prat (UNAP), sede Victoria, como parte de su segunda generación de estudiantes.

 «Estudié Derecho porque siempre sentí una profunda vocación por enseñar», comenta. «El Derecho es una herramienta poderosa de transformación social, regula todas las etapas de nuestra vida, incluso después de nuestra muerte».

De aquellos años, recuerda con especial cariño a figuras fundamentales en su formación, como el profesor Hernán Osorio Opazo, quien fuera su profesor en Derecho Civil durante el pregrado, y a entrañables funcionarios como María Valenzuela Mella, secretaria de la carrera, conocida como «Tía Magdita», siempre preocupada por el bienestar de los estudiantes. También destaca a Raúl Sepúlveda Cabezas, encargado de la biblioteca, y a Manuel Soto Rivas, director de carrera, a quien considera un guía comprometido con el desarrollo y fortalecimiento de la carrera de Derecho en la sede Victoria.

«Regresar como profesor a mi alma mater ha sido una de las etapas más importantes en mi vida profesional», confiesa. Hoy, imparte ramos de Derecho Civil como Acto Jurídico, Bienes, Contratos, Obligaciones, Familia y Sucesorio, además es profesor evaluador en exámenes de grado en la asignatura de Derecho Civil, transmitiendo a sus estudiantes no solo conocimiento técnico, sino también el profundo sentido social que caracteriza a los profesionales formados en la UNAP.

COMPROMISO, HUMILDAD Y VISIÓN CRÍTICA

El sello UNAP para él es inconfundible, una formación académica de excelencia que impulsa a sus egresados a desarrollar una fuerte responsabilidad social y una visión crítica ,tanto de las normas jurídicas como de los fenómenos sociales, a nivel nacional e internacional.

De esta manera, a las nuevas generaciones de estudiantes les entrega un consejo sencillo, pero fundamental: «Estudien mucho, pero sobre todo con humildad. Nuestra universidad entrega todas las herramientas para ser profesionales integrales. Deben esforzarse cada día para ser mejores. Se puede lograr».

Por esto Jimmy no se conformó solo con su título profesional y ,si bien, se tituló con distinción máxima en la UNAP, continuó perfeccionándose a nivel internacional. Realizó un Máster en Derecho en la Universidad de Barcelona (España) y un curso de Innovación en la Docencia Universitaria en la misma casa de estudios.

Además, es miembro de la Asociación Iberoamericana de Derecho Privado y ha sido parte de diversos grupos de investigación jurídica, como Iusta Causa, donde organizaban seminarios junto a académicos nacionales e internacionales, y la Academia de Derecho Civil en la Universidad Diego Portales, trabajando bajo la guía del profesor Dr. Íñigo de la Maza, en proyectos vinculados a la interrupción civil de la prescripción.

En Chile, complementó su formación con un Magíster en Derecho de Consumo y Comercio Electrónico en la Universidad Autónoma de Chile, lo que refuerza su perfil de abogado especializado, capaz de moverse entre la academia y el ejercicio libre de la profesión.

APASIONADO POR LA DOCENCIA

Actualmente, este joven abogado divide su tiempo entre la docencia universitaria, en diversas casas de estudio, aunque siempre con un cariño especial hacia la UNAP, donde hoy es profesor en Derecho Civil.

Su proyecto a futuro es claro, profundizar aún más sus conocimientos y terminar su Doctorado en Derecho Civil. Con este objetivo, sigue investigando en su línea favorita y rinde homenaje a sus maestros, el Dr. Isaac Ravetllat Ballesté y el Dr. Carlos Villagrasa Alcaide de la Universidad de Barcelona, quienes han sido una inspiración para su crecimiento académico.»Quiero seguir aportando a la sociedad desde la docencia y la investigación jurídica», afirma.

A lo largo de su camino, Jimmy ha enfrentado desafíos que lo formaron, iniciándose como ayudante de Derecho Civil en la universidad. Haber contado con una sólida formación jurídica desde sus años en la UNAP ha sido clave para superar los retos profesionales que ha vivido desde entonces.

Asimismo, sorprende cómo su concepto de liderazgo es profundo y muy humano. «Un líder no es quien manda, sino quien sirve», sostiene. Para él, el liderazgo verdadero se ejerce desde el conocimiento, pero sobre todo desde la empatía y la humildad. Considera que ser profesor universitario es una de las manifestaciones más auténticas de liderazgo, ya que implica formar personas y contribuir a la transformación social.

«Ser un líder es una gran responsabilidad, porque todo acto o palabra puede influir positiva o negativamente». Así, cada clase que dicta es una oportunidad para acercar el Derecho a la vida diaria de las personas, y mostrarles que es una herramienta cercana, potente y transformadora.

Nos señala: «Educar es el acto de liderazgo más transformador que existe. Y en eso, pongo toda mi pasión cada día».

Así este unapino no solo enseña Derecho, enseña pasión, compromiso y humanidad. Su historia demuestra que la educación transforma vidas, y que los sueños, cuando se trabajan con humildad y esfuerzo, no tienen límites.

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