Angélica Barra Pérez, Magíster en Relaciones Internacionales y Estudios Transfronterizos UNAP
Con 34 años, mirada crítica y una sensibilidad territorial afilada, Angélica Barra Pérez ha sabido construir una carrera que cruza fronteras, conecta culturas y pone la sociología al servicio del diálogo. Egresada de la carrera de Sociología de la Universidad Arturo Prat (UNAP)en 2015, hoy lidera procesos de relacionamiento comunitario con pueblos indígenas desde la industria minera, un rubro históricamente masculinizado donde ella impulsa cambios con perspectiva intercultural.
“Mi paso por la UNAP me dio herramientas analíticas y una conciencia crítica del entorno. Esa formación me permite buscar estrategias de relacionamiento genuinas, respetuosas y sostenibles”, cuenta desde Iquique, ciudad donde actualmente reside.
DIALOGO INTERCULTURAL
Su vínculo con la sociología comenzó por curiosidad, impulsada por su familia y una fuerte inquietud por entender las dinámicas sociales y territoriales del norte grande. “Al principio no tenía certeza de si era la carrera correcta, pero hoy sé que no me equivoqué. Esta profesión no solo define lo que hago, sino también cómo miro y me relaciono con el mundo”, asegura.
La carrera de Sociología fue, para ella, una etapa de descubrimiento personal e intelectual. “Me entregó las bases para comprender la complejidad del tejido social desde lo micro a lo macro, desarrollando herramientas que aún hoy siguen siendo esenciales en mi quehacer profesional”, explica.
Ese mismo camino la llevó a profundizar su formación con el Magíster en Relaciones Internacionales y Estudios Transfronterizos en la UNAP, una continuidad natural que le permitió integrar miradas sociológicas con enfoques territoriales y fronterizos, especialmente necesarios en una región tan particular como el norte de Chile.
Además, recientemente culminó un Diplomado Internacional en Derechos de los Pueblos Indígenas, Territorio y Procesos de Diálogo, impartido por la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, lo que refuerza aún más su enfoque profesional hacia el trabajo con comunidades originarias.
VOCACIÓN EN TERRENO
En lo laboral, su trayectoria ha pasado por universidades, municipalidades y proyectos sociales. Fue docente universitaria y asesora en diversas iniciativas antes de llegar a su rol actual como especialista de relacionamiento comunitario en una compañía minera del norte. Desde ahí, impulsa procesos con enfoque intercultural y comprometidos con la sostenibilidad.
“El sello UNAP, con su arraigo territorial y mirada crítica, me ha acompañado en todos los desafíos. Me permitió asumir responsabilidades en contextos complejos, siempre con compromiso con la equidad y el diálogo”, dice con orgullo.
Y si bien hoy destaca por su liderazgo en el área, sus proyectos a futuro siguen expandiéndose: “Quiero seguir creciendo profesionalmente en el mundo del relacionamiento comunitario, idealmente liderando equipos, y visibilizar el rol de las mujeres en sectores tradicionalmente masculinizados”, proyecta. En lo personal, también desea seguir cultivando redes de crecimiento y aprendizaje más allá de las fronteras.
Entre libros de literatura crítica y paseos por las artes visuales, Angélica sabe que el conocimiento no termina en el aula, sino que recién comienza ahí. Y por eso deja este consejo a quienes vienen “Valoren sus orígenes, sueñen en grande y nunca subestimen el poder transformador del conocimiento y de formarse en una universidad de región. La formación profesional es una herramienta para incidir, construir y conectar mundos”.