En cada ceremonia de titulación, hay mucho más que nombres y diplomas. Hay historias. Historias que se gestaron en el esfuerzo cotidiano de quienes, con sacrificio, desafiaron las estadísticas y se convirtieron en los primeros profesionales de sus familias.
Para muchos estudiantes de la UNAP, ingresar a la universidad no fue solo una decisión académica, sino un acto de transformación. Representa romper un ciclo, abrir una puerta que durante generaciones permaneció cerrada. En sus mochilas no solo cargan cuadernos, sino también los anhelos de madres, padres y abuelos que soñaron con un futuro distinto para los suyos.
Como señalan Sanhueza Vásquez, Cornejo Rodríguez y Leyton Contreras (2015):
“El agente de movilidad social por excelencia es la educación. A través de los distintos niveles de atención la educación sistemática se hace responsable de la formación integral de personas al desarrollar y potenciar sus habilidades cognitivas y actitudinales.”
Y también lo menciona Matta y Aguirre (UDP) en su análisis descriptivo, donde destacan que la probabilidad de ingreso a la educación superior para quienes provienen de los sectores más vulnerables es sustancialmente menor, lo que hace que el logro de titularse represente no solo un mérito personal sino una puerta que pocos logran abrir.
Ser el primero en titularse es más que un logro personal; es una promesa cumplida. Significa que el esfuerzo puede vencer la adversidad, que la educación sigue siendo el camino más noble hacia la equidad. Y aunque el viaje no siempre es fácil los obstáculos económicos, la falta de redes de apoyo, la carga emocional de representar no solo las propias expectativas sino las de quienes te precedieron, cada paso dado deja una huella que otros seguirán.
En esta edición aniversario, celebramos no solo los años de historia institucional, sino también a quienes, con su perseverancia, le dan verdadero sentido a la misión universitaria: transformar vidas a través del aprendizaje.
Porque cuando un estudiante de la UNAP recibe su título, no solo cambia su destino; cambia también el de quienes vienen detrás.
Por Bastian Acuña
Profesional de Inserción laboral y empleabilidad – Oficina de Egresados
Bibliografía
- Sanhueza Vásquez, Fabián Andrés; Cornejo Rodríguez, Pablo; Leyton Contreras, José Luis. “La educación como agente de movilidad social.” Convergencia Educativa, Nº 6, 2015, pp. 95-106.
- Matta, Juan José; Aguirre, Josefa. “El Aporte de la Educación Superior a la Movilidad Social en Chile: Un Análisis Descriptivo.” Documento de Trabajo 4, Observatorio del Contexto Económico, Universidad Diego Portales (UDP).

