Eduardo Peña Ortiz, Ingeniero en Biotecnología: “El desarrollo muchas veces es el resultado de grandes locuras“.

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Las posibilidades de que nuestro país se integre a la carrera espacial, se ven para muchos como algo casi imposible, no obstante pocos saben que con mayor o menor éxito los chilenos nos lanzamos a esta aventura desde hace ya varias décadas, y que  uno de los avezados exploradores en este ámbito es, Eduardo Peña Ingeniero en Biotecnología, estudiante de postgrado e investigador de la Universidad Arturo Prat.

Este joven investigador, producto de su deseo por saber más del espacio, investigar y desarrollarse en esta área, realizó junto a su compañero  un curso de capacitación en Estados Unidos, a cargo de  Embry-Riddle Aeronautical University en Florida en el marco del Proyecto PoSSUM, Polar Suborbital Science in the Upper Mesosphere, que consiste en un programa de investigación y educación astronáutica que estudia nuestra atmósfera y su papel en el cambio climático.

Este programa patrocinado por la NASA, es certificado por Space Educational Product, entre otros organismos, y mediante la  investigación y educación, pretende ampliar los conocimientos del universo para quienes deseen investigar  sus maravillas o convertirse en futuros candidatos a astronautas científicos.

VIAJE

Conocer sus límites a nivel mental y físico fueron algunos de los objetivos de este curso preparatorio,  es así como Eduardo Peña,  realizó el curso de PoSSUM Scientist-Astronaut Qualification Program que medía sus capacidades a través de varias pruebas que no muchos podrían pasar. “La verdad que todo este período fue muy intenso con clases online desde Chile, aprendiendo distintas  materias  como mesosfera, fisiología espacial e hipoxia, entre otros. Una vez que viajamos teníamos un horario ajustado, donde además de contenidos  habían  sesiones  de  submarinismo, piloteo,  simulación intravehicular con el traje de astronauta,  ingreso a una cámara de hipoxia para conocer como nuestro cuerpo reaccionaba a distintos niveles de oxígeno, viviendo también la simulación de presiones, entre otras actividades y, finalmente,  fuimos evaluados mediante una prueba para aprobar los cursos”, afirmó Eduardo Peña.

Aclaró que vivieron momentos únicos como un vuelo de fuerza +/-G, que equivale a una velocidad de 600 kilómetros por minuto, “Supimos lo que era la fuerza  positiva, negativa y la gravedad 0, además compartir con otros estudiantes y profesionales de gran trayectoria. En mi caso una de mis compañeras  participaba en este curso porque estaba haciendo un postdoctorado en la Nasa y  el estudiar aquí  le permitía obtener  créditos“.

Destacó Eduardo que esta experiencia no la habría podido lograr sin el apoyo de la Universidad  quienes en todo momento creyeron en ellos “Siempre contamos con el apoyo del Rector y de las distintas autoridades quienes entendieron que si bien ir al espacio para muchos  es una locura,  el desarrollo muchas veces es el resultado de estas grandes locuras “.

VOCACIÓN POR INVESTIGAR

Desde ser piloto comercial en el espacio hasta conocer los efectos del cambio climático, entre otros temas son algunas de las áreas que a estos jóvenes les interesaría explorar y continuar ampliando. “Ver  todo lo que se puede hacer en el espacio y los retos que implica,  sin duda, es un gran aliciente. Regresamos con muchas ideas que queremos concretar con la ayuda de la Universidad, lo cual implica el desarrollo de investigaciones y quizás una de las  tareas más difícil y a la vez enriquecedora será difundir en las nuevas generaciones lo que aprendimos. La idea es que  tanto de estudiantes universitarios, como también de enseñanza media y básica de la región vean que todo es posible si se esfuerzan, fomentar en ellos una vocación por investigar”.

En estos momentos, Eduardo Peña está estudiando un Doctorado en Farmacología y Fisiología en la Universidad Autónoma de Madrid, gracias al apoyo de la Universidad Arturo Prat. “Escogí esta Universidad, porque el 2016 realicé mi master en investigación farmacológica, financiado por un proyecto del Gobierno Regional. Este master me permitió acceder a este doctorado con el financiamiento de la UNAP, lo cual me posibilitará dar el paso de las ciencias básicas a la aplicada. Estoy cumpliendo un sueño gracias a muchas personas que me han ayudado, mi Universidad, el Instituto de Estudios de la Salud y mi familia”.

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